La película de la que todo el mundo habla y que no deja de sorprender.
El director Jordan Peele nos presenta su primera película como director y guionista, y menuda película. Con este primer paso tras las cámaras, Jordan demuestra poseer talento e intención de lanzar un mensaje claro. En «Déjame salir» nos encontramos una película que da voz a los problemas e incomodidades raciales, todo eso dentro de una absoluta pesadilla de lo más retorcida, agobiantes y terrorífica. Con un presupuesto de 4.5 millones de dólares el filme ha conseguido recaudar más de 214 millones mundialmente, ¿Qué tiene la película que ha llamado tanto la atención? Yo os lo digo, paranoia, incomodidad, sorpresas, interpretaciones y un desarrollo terrorífico, todo esto salpicado con humor y confusión.
Chris, interpretado por Daniel Kaluuya, es un fotógrafa afroamericana que está saliendo con Rose Armitage (Allison Williams). Antes de dirigirse a pasar un fin de semana con los padres de ella, Chris le lanza la pregunta del millón, «¿le has dicho a tus padres que soy negro?». Los padres de Rose, el neurocirujano Dean Armitage (Bradley Whitford) y la psiquiatra Missy Armitage (Catherine Keener), viven en un pequeño oasis predominado por blancos, por lo que Chris espera que su llegada cause algún tipo de problema o desajuste en la comunidad.
Hasta aquí todo va bien, todo es cool, todo parece estar yendo bien, hasta que Chris nota que las únicas personas de color son los trabajadores de casa. Desde este momento nosotros, el espectador, nos convertimos en Chris, y comenzamos a ver y escuchar situaciones que resultan incomodas, raras y para nada lo que el diccionario calificaría como «normal».
Peele nos muestra una realidad y un terror, es indiscutible que vivimos en una sociedad llena de desigualdades, desde el color de la piel hasta la orientación sexual, y es cierto que en ciudades o pueblos, a estas minorías, a estas personas calificadas como diferentes, se las trata de manera desigual. El esclavismo parece cosa del pasado pero hoy el día esa división, todavía existe y es palpable. Peele nos lo enseña, juega con las situaciones y aporta un humor de lo más peculiar.
El oasis en el que viven los padres, donde los habitantes son blancos – en su mayoria, sin contar al servicio -, la llegada de Chris supone un cambio, un cambio en el retrato del puritanismo y perfección. El recorrido que recorre nuestro protagonista Chris, y nosotros, va desde la absoluta hospitalidad hasta la máxima incomodidad. En este último aspecto todos podemos sentirnos identificados, todos hemos vivido situaciones en las que nos parece estar fuera de lugar o en las que no llegamos a entender lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Pero en «Déjame salir» todo parece estar sobredimensionado hasta conseguir que nos sintamos incomodos, temerosos, angustiados, atrapados… Sabemos que algo no va bien, que es una fachada, un teatro que únicamente ve nuestro protagonista.
Yo no calificaría la película como de terror, creo que se acerca más al género de thriller o misterio. Es angustiosa y desgarradora, y a la vez no podrás contener alguna que otra risa, algunas de ellas incomodas, otras divertidas y otras de puro nerviosismo. Los dos actores protagonistas están sencillamente fantásticos, en especial Daniel Kaluuya y Allison Williams durante la recta final del filme. El roba escenas oficial es LilRel Howery, que tiene la mayor parte de la comedia y respiro de la historia, el es el mejor amigo de Chris, y se quedará en casa de este cuidando a su perro.
No voy a contar mucho más, ya que el desconocimiento creo que es lo mejor que os puede pasar para cuando lleguéis a la sala de cine. Con «Déjame salir» nos encontramos una mezcla entre «La invitación» y la reciente «Múltiple», en la que las sorpresas, los giros y los personajes nos atraparán desde el primer momento. El cuidado de Peele en la dirección, junto con la fotografía y banda sonora nos transportan a esa casa, con temor de conocer lo que está ocurriendo y en la que nos sentiremos atrapados e hipnotizados.
