Color Recipe: La obsesión del control

Artículos relacionados

Hace unos meses Norma Editorial arrancó con una nueva línea manga que tenía un tanto olvidada, los Boys Love, un género manga que no tocaban desde hacía 10 años. El título en cuestión fue Color Recipe, un título compuesto por dos tomos y una historia llena de giros en su guion. Ya os hablé del primer tomo, dejando mis primeras impresiones sobre este arranque, presentación y tono, y ahora toca comentar el final, sin spoilers, de esta complicada historia, me niego a llamarla historia de amor.

Esta opinión se ha escrito después de leer los dos tomos de ‘Color Recipe’.

No he parado de leer opiniones de esta historia, y muchos la definen como una historia de amor. No lo es. No es una historia de amor, para ello debe haber respecto, amor y sensibilidad, y en este segundo tomo se deja bastante patente de que carece de esas cosas. Sí, Fukusuke puede estar haciendo lo que hace por que cree que está enamorado de Shôkichi, pero no es amor lo que siente, es obsesión. Ya en el primer tomo quedaba patente esto, especialmente en la recta final, cuando Riku ponía todas las cartas sobre la mesa y contaba al lector lo que había pasado tras la mirada que nos ofrecían sus dos personajes principales.

Fukusuke había manipulado todo el entorno de Shôkichi para convertirse en el principe salvador, en una figura de protección, cariño y amor, pero la verdad estaba bastante lejos de la realidad. Nuestro protagonista, se negaba a tener sexo en más de una ocasión, pero finalmente Fukusuke siempre (o casi siempre) se salía con la suya. Muchos dirán que Shôkichi al final aceptaba y se dejaba, pero la verdad es que es bastante difícil de averiguarlo con lo que se nos muestra en las viñetas. Su instinto siempre es no, y en muchas ocasiones nunca leemos un sí. Desde hace unos años la sociedad siempre ha dicho que el silencio no es un sí, por lo que debería de aplicarse también a esta historia.

En el segundo tomo todo se complica, ya que la obsesión de Fukusuke llega a un nuevo nivel. Quiere controlar a Shôkichi en todo momento, tanto en lo laboral como en lo sentimental, y para ello utiliza todo tipo de artimañas. Llegando a la violación, el maltrato y la agresión. Entre risas y comentarios jocosos, Fukusuke piensa que está en una clase de juego, pero Shôkichi no es participe de ese sentimiento. El shock da paso a las lagrimas, las lagrimas al sentirse avergonzado y de ahí a la sumisión y humullación.

En este proceso, y después de la violación y el chantaje, Fukusuke parece que tiene el control, pero el mismo se da cuenta de que algo no está bien. Pero se da cuenta después de hacerlo. Es un monstruo y el lector lo ha visto.

Yo siempre he creído que las historias de ficción tienen la libertad de tocar todo el abanico del ser humano, del lado más puro al más violento. Meternos en la piel de un asesino en serie, como en la serie Dexter, o en la mente de un violador, como en este caso, nos ofrecen historias que nos muestran el cruel mundo en el que vivimos. Color Recipe es un manga duro, nada agradable y en el que el lector estará empujado a decir que es horrible, pero es ahí donde el creador ha querido poner la mirada y el foco. Al lector no le gustará el personaje de Fukusuke, ni lo que hace, o por lo menos no debería gustarte, es un monstruo haciendo cosas totalmente monstruosas, y no creo que sea la intención del creador. No creo que Harada quiera que uno sienta compasión por el agresor.

La narración y la mente del personaje Fukusuke si intentan alcanzar esa redención, pero el manga lo deja claro, solo le hace falta una frase final, una frase que deja claro que nos encontramos ante un villano. Es un manga crudo. Muy crudo. No apto para todos los estómagos. Esto no es una historia de amor.

Relacionado

Comentarios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Publicidad

Más reciente