Seguramente para muchos de vosotros Doraemon es volver a vuestra juventud. Las aventuras del gato cósmico y Nobita inundaron las pantallas de las televisiones autonómicas mucho después de la fiebre de Dragon Ball y antes de la llegada del imparable y un poco maleducado, Shin Chan.
En esta aventura vemos el origen, la llegada de Doraemon a la vida del torpe Nobita Nobi. Desde ese mismo momento las aventuras de esta pareja serán de lo más vario pintas. En esta película podríamos decir que el tema central es el amor, un amor entre Shizuka y Nobita.
Yo la verdad es que me acuerdo muy poco de la serie de animación – por no decir nada – y tampoco llegue a ver el final ni el resto de películas, por lo que se podría decir que este es mi primer acercamiento real y consciente al universo de Doraemon. Los directores Tony Oliver, Ryuichi Yagi y Takashi Yamazaki nos traen una película de lo más entretenida, ligera y que nos marca un origen para todos aquellos que veamos estos dibujos por primera vez.
Una animación ligera y 3D
Uno de los aspectos que más miedo me daba es el tipo de animación que tiene la película. Si os acordáis, la serie era en 2D, es decir, una animación plana y sencilla, pero en esta película nos encontramos con un mundo y personajes en 3D. Que gran acierto.
Al principio se hace raro, no lo voy a negar, pero desde el momento en el que nuestros protagonistas se colocan el gorrocóptero y hacen su primer vuelo… chapó, parece que todos estos años estaban usando la técnica de animación incorrecta, y que debería de haber sido siempre en animación 3D. Esa secuencia de vuelo hace que el espectador goce y se meta de lleno en esta pequeña aventura. Sí, es cierto que hemos visto mejores escenas de vuelo, «Como entrenar a tu dragón» por ejemplo, pero seamos sinceros… no tienen ni el mismo presupuesto ni medios para hacerlo.
Esta película hará las delicias de los más pequeños, es ligera y de lo más entretenida. Es un filme con una historia sencillita para que los más pequeños disfruten de una animación fantástica.
