Uno sabe que tiene que ir preparado para ver una película de Pixar, ya nos han avisado un montón de veces que con sus películas uno llora, y con Onward no iba a ser diferente. He tardado mucho en escribir esta opinión, ya que vi la película justo el fin de semana anterior a que comenzase la cuarentena, en la inauguración de la Muestra SyFy, y quizás esto afecte a mi opinión, a lo que voy a escribir a continuación, pero una cosa es inamovible, me gustó antes y me sigue gustando ahora.
Muchas veces, cuando escribo una crítica sobre una película o serie, intento alejarme de la película y escribirla fríamente, sin sentimientos, sin empapar el texto con mi personalidad y mis emociones, pero eso se ha terminado. Ha llegado el momento de empaparse con las historias y, por ello, empapar los textos que escribo. Leo muchas críticas que solo despedazan, desmenuzan las obras hasta opinar de ellas sobre los aspectos más técnicos de las producciones (que está muy bien, no lo juzgo), y muchas veces diciendo que ellos lo harían mejor, pero muy pocas veces leo si la película ha despertado algo en su interior, si esas historias les han emocionado, o por el contrario, si no les ha despertado nada. Onward, en mi opinión, es imposible que no te toque el corazoncito, a no ser que seas Regina (la reina malvada de Once Upon a Time) que tenia su corazón guardado a buen recaudo fuera de su cuerpo.
La historia que se nos cuenta es bastante sencilla. Un joven elfo llamado Ian, que vive con su madre y su hermano mayor, está a punto de celebrar su cumpleaños, pero el falta algo, algo que desearía poder tener a su lado, su padre. No tiene muchos recuerdos de él, ya que falleció siendo muy pequeño, pero su madre tiene un regalo de su parte, para celebrar su decimosexto cumpleaños. Un bastón. Un bastón mágico. Actualmente, la magia está desapareciendo del mundo, ya que el progreso y la tecnología están facilitando muchos las cosas, pero gracias a este regalo y la magia, podría recuperar a su padre durante 24h.
Pixar es una especialista, una experta en introducir el dedo en la llaga y conseguir que lloremos, que suframos y que adoremos a los personajes que nos presentan. Ian, que le pone voz el joven Tom Holland, y Barley, que es Chris Pratt, son las dos caras de una misma moneda, aunque a su vez son como el agua y el aceite. Sí, muchas veces el espectador querrá darles unos buenos guantazos, pero a su vez uno desearía que cumplan su misión y sean las personas más felices del planeta. Esta relación me recordó un poco a la química entre Marlin y Dory (Buscando a Nemo) y la de Sully y Mike (Monstruos S.A.), es decir, parejas dispares que conquistan.
Durante la 1h y 42min, el director Dan Scanlon y los guiosnitas Jason Headley, Keith Bunin y el propio Scanlon, nos proponen una historia de fantasía, con grandes ingredientes roleros y un road trip con una cuenta atrás. Tienen una misión y 24 horas para llevarla a cabo, pero no por ello las cosas pasan rápido, como si de un episodio de la serie 24 se tratase. Tenemos comedia, acción, persecuciones, momentos muy dramáticos y también personajes secundarios que nos enamoran, desde la madre, Laurel Lightfoot, hasta Mantícora, interpretadas por Julia Louis-Dreyfus y Octavia Spencer respectivamente.
Es Up, Monstruos S.A., Bichos, Toy Story, Brave,… y además nos muestra un mundo de fantasía muy poco explorado por la compañía. Es innegable que nos encontramos con una producción a la altura y que conseguirá crear marca. Desde luego, lo que se nos ha mostrado, podría perfectamente convertirse en una saga de películas con aventuras de lo más locas.
También tiene bastantes similitudes con Ratatouille, y más concretamente con la familia. La familia es uno de los ingredientes principales de nuestras vidas, padres, hermanos, primos, abuelos,… y la falta de uno de ellos puede convertirse en un agujero en nuestro interior. Ian, Barley y Laurel son un núcleo familiar increíble, dispuestos a todo para intentar salir adelante, con una madre dispuesta a todo para ayudar a sus hijos. Pero… no poder decir adiós a un ser querido, algo que muchas personas ha sufrido durante esta cuarentena, es una espina difícil de quitar. Y eso es el ADN de esta entrega de Pixar.
No poder despedirse de una de las personas que más amas en el mundo. La perdida, el amor, la vida, todo forma parte de un ciclo y crecimiento. Todos lo sufriremos. Todos pasaremos por eso. Pero despedirse es algo que ni una pandemia, ni una cuarentena, debería poder quitar y prohibir.
