Cuatro años han pasado desde que Los Crímenes de Grindelwald llego a las salas de cine, un amplio descanso que prometía solucionar los problemas de esta segunda entrega para ofrecernos una tercera mucho más redonda y espectacular. No ha ocurrido. La sorpresa que nos encontramos con esta parte es que las aventuras de Newt y el resto de personajes no evoluciona, no ofrecen nada nuevo. ¿Cuál es el propósito de la saga? ¿Qué nos proponen?
Las respuestas a estas preguntas siguen siendo un misterio tras poder ver Los Secretos de Dumbledore, una producción que sí, mejora a su predecesora en el apartado técnico, pero que por el contrario nos sigue ofreciendo más de lo mismo. Lo que tiene claro, o por lo menos es la impresión que da la autora, es que los personajes no son lo interesante y que es muy sencillo para ella eliminar piezas fundamentales de la historia con un simple movimiento de varita.
La historia arranca tras los «sucesos» de la segunda entrega, con Grindelwald en plena forma e intentando conseguir el control del mundo mágico, todo para eliminar la mezcla de sangre con los muggles y someter el mundo de la gente no mágica. Para evitarlo, Dumbledore forma su pequeña orden del fénix. Con esta sinopsis os podéis imaginar que el protagonismo de Newt es simplemente anecdótico.
Mads Mikkelsen, Jude Law, Eddie Redmayne, Ezra Miller, Katherine Waterston (bueno, ella no), Alison Sudol, Dan Fogler, Jessica Williams y un largo etcétera protagonizan esta entrega, pero verdaderamente no. Únicamente Mads Mikkelsen, el nuevo Grindelwald tras el despido de Johnny Depp, y Jude Law protagonizan la película. Sí. Solo ellos. Nadie más. La autora odia a todos y cada uno de los personajes e interpretes de la película, especialmente si han hablado de ella en la prensa y son mujeres. Lo ocurrido con el reparto femenino es insultante, y más concretamente lo que ocurre con los personajes de Tina y Nagini, una humillada y otra totalmente desaparecida.
Los Secretos de Dumbledore se podría reducir en 10 minutos, una campaña política y una relación de amor del pasado, ya está. Todo acompañado por una sucesión de escenas de acción, muy bien ejecutadas, y la absolutamente nada de trama general o secundarias. ¿Es entretenida? Sí, uno no llega a dormirse. Pero la pregunta que todos nos deberíamos hacer es: ¿Cómo es posible que en una tercera entrega de cinco películas todavía no sepamos de que trata la historia?
En 2022 creo que únicamente tener unos efectos especiales de calidad no es justificación suficiente para la existencia de estas producciones. Está todo vacío. Si desde un principio tenían claro que iban a hacer cinco películas, cómo es posible que no tengan un plan. Una escaleta. Subtramas.
Los que busquen simplemente el mundo mágico de Harry Potter, lo encontrarán. Pero los que busquen algo más, algo nuevo, algo excitante o interesante, se quedarán con las ganas.
Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore ya está estrenada en los cines españoles.
