Agatha Christie es una de las autoras más vendidas de la historia, la reina del género de misterio, que ha vendido más de 2.000 de copias de sus historias, de El misterioso caso de Styles a Un crimen dormido. No todas las obras han conseguido tener adaptación y no todas las adaptaciones han sido exitosas, pero si hay que aplaudir aquellas que han triunfado tanto en la gran pantalla como en la televisión. Es innegable que Christie tenía el don de enamorar a sus lectores y de construir historias complejas y llenas de detalles. Muerte en el Nilo puede ser una de sus obras más explosivas.
Kenneth Branagh nos trajo en 2017 la adaptación de Asesinato en el Orient Express, una que logró un aplauso frío por parte de la crítica y los espectadores, pero que sin ninguna duda funcionó lo suficiente como para lograr una segunda parte más grande y arriesgada. No es la adaptación definitiva, ni es una producción impecable, pero lo que está claro es que nos encontramos ante una cinta solida y que grandes momentos.
La adaptación de Orient Express abrió la posibilidad de crear un pequeño Universo Cinematográfico de Hércules Poirot en la gran pantalla, bajo las ordenes de Branagh, pero da la impresión de que esa apertura se ha cerrado de golpe. La pena es que no es por los resultados que pueda dar Muerte en el Nilo. Tras las cámaras nos hemos encontrado con un buen puñado de polémicas que han inundado los medios durante este año, de Armie Hammer a Gal Gadot, sin olvidarnos de Letitia Wright. Tres miembros del reparto que han empañado una promoción y un lanzamiento que ha provocado constantes retrasos en su estreno. Pero ya está aquí. Ya no queda nada para su estreno.
Ha llegado el turno de acompañar a Poirot en un nuevo misterio mucho más salseante y más ambicioso. Basada en la novela de 1937 de Christie, la historia nos introduce en una boda, un crucero y un asesinato, todo salpicado por la traición, el deseo, el amor y los secretos. Todo esto acompañado por uno de los escenarios más increíbles de la tierra, Egipto y el río Nilo.
En esta secuela Branagh ha conseguido algo que muchos le criticaron de la primera película, un mejor ritmo y un mejor equilibrio entre historia y personajes. La tarea también era más sencilla gracias al material base, ya que con Muerte en el Nilo nos encontramos una novela e historia mucho más accesible. La mezcla entre el misterio, el amor y la aventura de descubrir que está ocurriendo, está muchísimo mejor llevada gracias a una razón de peso. Los personajes. Las conexiones entre los personajes son más evidentes, ya que todos están relacionados con el personaje central de una manera o de otra, no como en Orient Express, por lo que es mucho más sencillo realizar una presentación efectiva y rápida.
Aquí entra en juego un guion mucho mejor nivelado entre el drama y el humor, y unas interpretaciones que llegan a resultar mucho más interesantes y coherentes. Gal Gadot brilla con luz propia, al igual que el resto del reparto, Tom Bateman, Annette Bening (brutal su interpretación), Russell Brand, Ali Fazal, Dawn French, Armie Hammer, Rose Leslie, Emma Mackey, Sophie Okonedo, Jennifer Saunders y Letitia Wright. Puro carisma y química es lo que emana esta cinta. Funcionan a la perfección los unos con los otros.
No es una producción impoluta, tiene varios problemas en su apartado visual, pero lo que sí es verdad es que nos encontramos ante una adaptación solida, fantásticamente trasladada a la gran pantalla y con suficiente fuerza como para que los amantes de Christie salgan contentos de la proyección. Branagh pone un buen broche final a estas adaptaciones, o esa es la impresión que da la película. El tiempo dirá si es así o funciona lo suficientemente bien como para tener una tercera aventura con Hércules.
Muerte en el Nilo se estrenará en cines el 18 de febrero de 2022.
