La novia gitana se convirtió en todo un éxito de ventas en las librerías, logrando conquistar a los lectores y llegando a construir una trilogía, ahora tetralogía, ya que acaba de lanzarse el cuarto volumen a la venta titulado como Las Madres, que no ha parado de enamorar y sorprender. Ahora nos llega su adaptación a ATRESplayer, encabezada por Nerea Barros, Darío Grandinetti, Ignacio Montes, Mona Martínez, Lucía Martín Abello, Vicente Romero y un largo etcétera, bajo la batuta de Paco Cabezas.
No puedo negar que tenía muchísimas expectativas puestas en la producción. Las novelas me las comí con patatas en tiempo récord y que contase con Cabezas en la dirección solo me daban más ganas de verla. No me ha defraudado para nada. El director logra crear una atmósfera oscura, cruda y violenta desde su arranque, algo que puede sorprender a muchos que no hayan leído las novelas, pero que los lectores encontrarán familiar. La historia es mucho más compleja de lo que parece en un primer momento, por lo que lograr crear esa ambientación desde el principio es algo encomiable y llamativo. Las novelas de La novia gitana se podrían definir como arriesgadas, duras y violentas, aunque en un principio pueda parecer algo más «ligero». Esto es algo que la serie deja claro desde su arranque.
Elena Blanco, interpretada por Nerea Barros, es el centro de la brigada y de la historia. Nos encontramos con un reparto de lujo, ofreciendo interpretaciones que logran conectar con el espectador desde el segundo cero y, además, tiene ese aire de frialdad que ya estaba presente en las páginas de la novela. Junto a estas interpretaciones nos encontramos un guion bien estructurado, logrando adentrarnos a la perfección en la investigación de un terrible asesinato, sin olvidarse de dar pinceladas de un suceso terrible y traumático en la vida de la inspectora. El balance entre la trama y el desarrollo de los personajes es perfecto, por lo menos en su presentación.
Sus dos primeros episodios son sólidos y poseen un estilo marcado. Poco a poco iremos viendo si logra mantener el nivel a lo largo de la temporada, pero lo que sí está claro es que nos encontramos ante una serie con personalidad y disfrutable. Un buen crimen siempre es llamativo.